dimarts, 1 d’abril del 2008

Diario de Golondrina


"Mi cliente de una noche fue un industrial que llevaba un sombrero en invierno y verano. Esa idea mer perturbó. Si el bombín absorbía la explosión de un cráneo, ¿cómo asegurarme del éxito de mi misión?

Era necesario lograr que se descubriera. El hombre ya tenía una edad, y debía de tener sus costumbres. Resolví disfrazarme de dama de la mejor sociedad. Teniendo en cuenta mi físico de descargador de muelles, iba a resultar divertido. Afortunadamente, en esta ocasión tenía unos días por delante.

Lo más difícil fue encontrar mi número de zapatos de tacón alto, y luego aprender a deambular de esta guisa. Debía tener el aspecto de una dama que llama la atención: y no cabe duda de que, caminando con semejantes cacharros, se consigue. Un traje de chaqueta entallado logró proporcionarme una silueta. Una peluca y la oscuridad se ocuparían del resto.

Mi cliente retiró su sombrero por espacio de un cuarto de segundo, y apenas lo levantó. Mi gesto fue de una prontitud apabullante.

Sus últimas palabras fueron: "Buenas noches, señora."




Diuen que treu massa llibres (un per any), però sent tant curtets com són (un per dia) no sé si pensar el mateix.

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